Pues se acabó lo que se daba, el Fútbol Club Barcelona es el
nuevo campeón de Liga. Los pupilos de Tito Vilanova no tuvieron ni que jugar este
pasado fin de semana para proclamarse campeones de una Liga que acabó demasiado
pronto. El empate del Real Madrid, que estaba pensando más en la final de Copa
que en otra cosa, en casa del Español dio el campeonato de manera definitiva a
los blaugrana, cosa que iba a llegar tarde o temprano.
El caso es que el Barcelona llegó a Madrid para enfrentase al Atlético entre
celebración y celebración y se dedicó a pasear su triunfo con una victoria que
logró casi sin querer y gracias, entre otras cosas, a un gol de Gabi en propia
puerta.
No hay que poner ninguna pega a la Liga conseguida por los barcelonistas por
muy fácil que lo hayan conseguido, en todo caso eso sería un piropo. Es cierto
que el Real Madrid bajó los brazos demasiado pronto y que se retiró de la
batalla antes de tiempo, pero este Barcelona hizo una primera vuelta
descomunal, la mejor de la historia, y eso es algo que no se debe olvidar. Además
el Barcelona no tiene la culpa de que el Madrid no haya estado a la altura, los
jugadores se han dedicado a hacer lo que debían e incluso se han podido
permitir ciertos deslices.
Quizá lo único reprochable de este equipo ha sido la cuestionable gestión de los
jugadores que se ha hecho a lo largo de la temporada. El Barcelona ha jugado
durante todo el año con muy pocos futbolistas y eso ha acabado traduciéndose en
un excesivo cansancio que ha pasado una factura demasiado alta. Teniendo en
cuenta, además, que el Barcelona lleva ya bastantes años jugándolo casi todo y
que sus jugadores importantes llevan una importante acumulación de partidos y
minutos, habría sido interesante haber contado más con los actores secundarios.
Los Song, Tello, Thiago, etc, deberían haber actuado con más asiduidad, sobre
todo en partidos que habían quedado resueltos pronto. En eso Guardiola era el
mejor.
En cuanto a Messi, sé que debe ser difícil sentarlo y que ni siquiera Guardiola
fue capaz de hacerlo por mucho que se lo pidió, pero alguien debería obligarle
a pensar que no se le puede exprimir tanto por muchos récords individuales o
balones de oro que haya en juego. Lo importante son los partidos de semifinales
de Champions contra el Bayern y no marcar noventa goles en un año. También es
cierto que debería ser el propio Messi el que se diera cuenta de eso, y tampoco
debería enfadarse si no participa en ciertos momentos. Eso también es de buen
jugador, y sobre todo de buen compañero.
Pero bueno, lo hecho, hecho está y el Barcelona es justo campeón de Liga, y no
sólo eso, sino que además puede igualar al Madrid de los cien puntos de la
temporada pasada, otro récord que tanto uno como otro habrían cambiado por
jugar la final de Champions.
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