Escuché hace no mucho que cuando las crisis llega al fútbol
es porque la cosa es realmente seria, y llevamos ya un tiempo con esa realidad.
Quizá los únicos equipos capaces de seguir invirtiendo fortunas a pesar de tal
situación son los que, como el Málaga C.F., están encabezados por un jeque o un
nuevo rico.
Pues bien, el andaluz fue uno de los clubes elegidos por los
jeques para crear un proyecto quizá no tan millonario como el del Manchester
City por ejemplo, pero sí con la suficiente consistencia económica como para
que los blanquiazules afrontaran temporada tras temporada el objetivo de hacer
cosas más o menos importantes en Europa.
Pues así fue, tal cual. Excepto por el hecho de que el sueño
ha acabado demasiado pronto. Ya la temporada pasada el Málaga tuvo que vender a
Santi Cazorla, su mejor jugador, para mantener la economía, y eso que el equipo
se clasificó para Champions, pero es que ahora la cosa se ha puesto aún más
negra. El jeque Al Thani ha decidido no poner más dinero y decir a los
jugadores que el Málaga debe evolucionar hacia un club más modesto. Estas
palabras huelen al adiós de Pellegrini, Isco, Toulalan y váyase usted a saber
quién más. Y todo eso habiendo llegado a cuartos de Champions.
Si a eso le añadimos la posibilidad de que el Málaga no
pueda jugar la próxima temporada en Europa, si es que se clasifica, tenemos un
bajón anímico generalizado que aún no ha llegado, pero que tiene pinta de
hacerlo en breve.
El creador de todo esto, Manuel Pellegrini, parece que lo
tiene hecho con el City, Toulalan hablado con el Atlético de Madrid y la
estrella del equipo, Isco, no sé con quién, pero su marcha parece más que
evidente.
Es una pena que esto acabe así, aunque los aficionados
malaguistas por lo menos han tenido la oportunidad de disfrutar, aunque sólo
haya sido durante una temporada, de su equipo en la máxima competición europea,
cosa que otros muchos seguidores no podrían llegar ni a soñar.
Pero claro, este es el inconveniente de que un multimillonario
lleve las riendas de un club, que cuando se cansa deja al equipo y a la ciudad,
o más bien a los aficionados, compuestos y sin novio.
A ver qué se inventa el club malagueño.
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